viernes, 2 de abril de 2010

mago


Imbéciles! Mentecatos! Necios… Su miraba destilaba odio pero su público, lejos de mostrarse impresionado, continuaba burlándose de él, envalentonados por los vapores de la Coca-Cola. Su misión era clara, permanecer anónimo a lo largo de los siglos, a la espera del retorno del señor del mal, disforme desde su última derrota, pero que prometió volver para destruir a la humanidad. Y ahora esa humanidad se le reía en las barbas. Pensó que trabajar como mago infantil sería una buena distracción para su magia y su ánimo pero aquellos monstruitos cabezones eran cada vez más maleducados. Ahora aprenderían. Abracadabra!

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