miércoles, 25 de mayo de 2011

Victoriana

A veces en mi casa recordaban a la tía Victoriana. Decían que tenía la enfermedad de las palabras. Yo me la imaginaba tendida en la cama atacada por grandes letras de molde. No entendía las explicaciones de mi padre. Contaba que, de la noche a la mañana, se dieron cuenta de que todas las palabras le resultaban vacías de contenido, viejas y gastadas, como la arena del desierto, como la vieja casa del Ayuntamiento. Decían que era muy peligroso andar por la vida sin entender palabra, mirando sin mirar, oyendo sin oír. Cosa del demonio, decían. Yo callaba. Prometí a la tía Victoriana guardar todos sus secretos.

jueves, 19 de mayo de 2011

Toca jotas

Toca jotas. Dos puntitos al medio y uno arriba a la derecha. Es fácil. Acuden juntos a clase. Lo que a ella le extraña es el interés de él por aprender. Nunca le ha gustado leer, ni el Marca siquiera. Ella sí, para ella es su pasión y no piensa abandonarla por haberse quedado ciega. En casa él tiene preparado un regalo para ella. Un punto de libro al que sólo le falta un pequeño detalle. Se concentra, no recuerda si guapa se escribe con “g” o con “j”. Se le ilumina el rostro. Ya está. Envuelve el punto de libro “Para la más vonita”, satisfecho.

viernes, 13 de mayo de 2011

mi ratón

Era una buena excusa para seguir vivo: mi pequeño ratón, el único amigo que hice aquí, en esta cárcel sombría, en estas cuatro paredes solo heridas por un ventanuco tan inalcanzable como mi libertad. 

Apareció de la nada. Me desperté y allí estaba, mirándome como si leyera mi alma, como si pudiera juzgar si yo era una buena persona o no, si merecía o no estar allí encerrado. Iba y venía cuando quería y yo contaba las horas, impaciente, entre sus visitas. 

Le quería. Era mi ratón.

Un día noté su llamada desde la puerta. Estaba abierta. No daba crédito. Seguí a mi ratón y él me guió por una cárcel, ahora desierta, hasta la salida. Mi ratón había emitido un veredicto. Eres inocente y aquí tienes la libertad. Lo miré y, en un movimiento apresurado, lo aplasté con mi pie. 

Volví a mi celda y cerré la puerta tras de mí. Te has equivocado, pequeño ratón. Soy culpable.

Ganador concurso semanal microrrelatos Cadena Ser Castellón

lunes, 9 de mayo de 2011

lost

Este gordo ocupa mucho lugar, murmuró una voz anónima; la barca no aguantará, aportó otra voz oculta, seguida de un creciente murmullo de aquiescencia. Ya se había lanzado la primera piedra, ya todos clavaban sus inquietos ojos, revueltos por el instinto, en el gordo Mateo que veía crecer su angustia al tiempo que metía tripa.

-¿Ya vuelves, hijo?
-Sí… Prefiero jugar aquí, con la arena.

miércoles, 4 de mayo de 2011

tormenta

En el fragor de la tormenta eléctrica, en la travesía del desierto repleto de maná yermo, en el lecho de muerte de su musa monosílaba, el escritor dejó sobre la mesilla de noche sus gafas ralladas y repletas de tachones y le dijo a su hija:

-Pero,¡mira que estás guapa con el pelo corto!