Tomás y Honorio se habían odiado profundamente durante toda su vida. Desde su primera pelea en el jardín de infancia, pasando por el colegio y la universidad, la empresa textil y sus matrimonios idénticos, hasta la residencia de ancianos en la que pareciera que únicamente pugnaban por aguantar con vida un segundo más que su adversario.
Tomás era de costumbres fijas. Todos los días se daba un paseo por el parque. Honorio también, todos los días lo seguía a no mucha distancia, como esperando que un resbalón o un rayo perdido acabara con su enemigo. Aquél día, unos jóvenes sin escrúpulos decidieron divertirse con Tomás. Le acercaron una navaja al pecho y le amenazaron. No vieron venir a Honorio ni a la lluvia de bastonazos con la que los dos ancianos la emprendieron y que les obligó a huir. Honorio y Tomás se miraron con interés y, sintiéndose algo más grandes que los reyes del mundo, regresaron lentamente. Al día siguiente salieron juntos a dar el paseo. Tenían mucho de qué hablar.
Seleccionado para su publicación en el I Premio de microrrelatos temáticos Hipálage
jueves, 31 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Una verdadera historia de amistad, me gustó mucho.
ResponderEliminarUn saludo
A mi también me gustó, sobre todo porque está bien escrito y es muy cinematográfico. De hecho, mre recuerda a Up, pero al revés ¿no?
ResponderEliminarNos gusta
-Hola Ángeles, bienvenida y muchisísisimas gracias.
ResponderEliminar-Fernando: También tenía mis dudillas con este micro, así que me alegra que te haya gustado. No he visto Up (a mi pesar). ¿Será otra serendipia..?
Las personas a veces no nos damos cuenta de que los verdaderos amigos llegan incluso al final de nuestros días.Una maravillosa historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Sabes qué pienso? Que ya no hay amistades así. Es muy entrañable esta historia.
ResponderEliminarTe felicito por la selección.
Un abrazo.
Así es la amistad.
ResponderEliminarMis besos para ti.
mar
Gracias Srta. Gómez. Y es verdad, supongo que a lo largo de la vida se pueden perder muchas amistades, pero nunca es tarde...
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Maribel. Somos tropecientos seleccionados, pero ilusiona igual...
ResponderEliminarMuchas gracias, Mar
ResponderEliminarMil besos para ti
El enemigo de mi enemigo es mi enemigo, y mi enemigo mi amigo, siempre
ResponderEliminarPrecioso
Un abrazo
Hola Anita, o Ana?
ResponderEliminartú sí que eres una amiga! : )
Gracias, un abrazo.