miércoles, 10 de marzo de 2010

genio

Hoy he vuelto a escuchar tu historia, la contaban unos estudiantes en la cantina. Les encanta. Ya casi me la sé de memoria. Hace más de 20 años asesinaron a un chico, un prometedor estudiante de matemáticas, casi un genio. Lo mataron aquí mismo, cuando estaban construyendo la Universidad, lo enterraron entre los cimientos y nadie lo descubrió. Ahora se aparece de vez en cuando para hacer lo que más le gustaba, resolver problemas, ayudando a estudiantes, que luego no recuerdan nada, a obtener Matrículas en los exámenes de matemáticas. Dicen que es un alma buena y caritativa, pero yo sé que no es verdad, que sólo lo haces para vengarte de mi por lo que te hice hace más de 20 años, celoso de tu futuro. Para obligarme, cada vez que corrijo un examen que tiene tu sello, a reconocer que nunca tendré tu nivel, que siempre serás un genio.

viernes, 5 de marzo de 2010

mirar

Estaban a punto de llegar las fiestas. Había algo especial en el ambiente. A través del cristal de la ventana del segundo piso de la Unidad de Crónicos vislumbré su silueta contemplando la calle, como siempre. Cuando llegaba al Hospital por la mañana, inconscientemente, levantaba la mirada, como para comprobar que todavía seguía allí. Todos los días le daba el desayuno, la comida y la merienda, la aseaba, la peinaba y la cuidaba. Y ella, que iba ya dejando atrás su juventud, sólo miraba a través del cristal, como si la vida le fuera en ello. Cuántas veces soñé con encontrar las palabras mágicas, la piedra filosofal que le devolviera la vida, que la liberara de su cárcel. Pero de hoy no pasa, me voy con ella a dar una vuelta.

miércoles, 3 de marzo de 2010

músico

Mi hijo será abogado, pero abogado, abogado. No un simple licenciado en derecho, carne de oposición, un ente alopécico que ofrezca los mejores años de su vida como ofrenda al Dios Administración Pública, no, no. Mi hijo será un abogado de verdad, un defensor de causas imposibles, un artesano de argumentos, el mago de los sobreseimientos. Será rico, famoso, respetado y admirado. No como su madre. No descansaré hasta que tenga la fotografía del día de su graduación sobre mi mesita de noche. Y ningún psicólogo infantil de tres al cuarto como usted me va a convencer de que mi hijo tiene una sensibilidad especial para tocar el violín. Valiente pérdida de tiempo.

Seleccionado II Concurso de Microrrelatos sobre Abogados