viernes, 31 de julio de 2009

un día

Era un día como cualquier otro. Teléfonos sonando, expedientes que se perdían, jueces de baja, providencias de apremio caducadas… también, como de costumbre, mi cabeza estaba en otro lugar. Y con ella mi corazón cachorro. Estaba en mi viejo pueblo, en un atardecer cerca de la playa, despoblada ya de bañistas y de niños armados con manguitos a bordo de un flotador. Estaba en el mismo espigón en el que nunca había estado con nadie y en el que ahora estaba contigo, mirando el sol caer. Soñando contigo, estando tú a apenas dos mesas detrás de mí. Llegando a callejones sin salida. A tristes callejones. Y también a alegres. Pero soñando en ti. En un día como cualquier otro.

3 comentarios:

  1. hermoso verse en los sueños, que reflejan un grito desesperado pidiendo mucho pero sin que nadie lo escuche.
    Amigo todos queremos mandar al carajo la rutina tirarnos a ver el mar o las montañas, y que todo pase en camara lenta y estar al lado de ella.

    El destino es asi

    Sigue escribiendo que tus letras deleintan mi sueño imaginario.

    un abrazo bien apretado y ya estare por alla tomando unos vinos!!!

    QUE NO SE ROMPA LA MAGIA

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  2. Mi corazón cachorro........
    Eres muy lindo y sensible.
    Besos para ti.
    mar

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  3. -Gabi: Acabo de volver de la Francia donde nos conocimos, de donde nos tiramos al mar y a la montaña y todo pasaba a cámara lenta...
    Y nunca dejaré de agradecer tu generosidad.

    -Mar: Me abruma verte aquí. Y tus palabras. Un abrazo muy muy grande.

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