Entonces reconocí la mirada de la fotografía, la favorita de las que conservaba de mi padre, una que lo captaba a él y a mi madre, contentos, cercanos y ajenos a la cámara. Anciano ya, la senilidad había teñido su mirada de nada, de un desamparo infantil y callado ante el mundo que le rodeaba. Pero aquel día ocurrió. Mientras le daba su merienda, mi padre vio algo que llenó de luz sus ojos, seguí su mirada y sólo ví como dos mujeres, una también anciana acompañada por una más joven, salían del comedor. Pensé en levantarme, alcanzarlas, averiguan quiénes eran. Pero no pude separarme de mi padre, de esa mirada, ahora que por fín había regresado.
lunes, 18 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
dios mio... que imaginacion... justamente hoy escribi una mini poesia que tiene que ver con la mirada, es mas ese es el nombre....algo nos interconecta... un abrazo gigante
ResponderEliminarpues ya estás tardando en publicarla en tu blog : )
ResponderEliminarMuchas gracias por no dejar de visitarme, por tu mensaje de cumpleaños y por dejar que me asomara a tu micromundo, tan repleto de fotos y música.
+abrazos