-¡¿No le regalarías también el collar?!
-Sí, y el anillo, y el ge-geranio...
A Marquitos, mi hijo, le cayó una buena bronca. Pero hace tiempo que me tiene tan preocupada... No puedo evitar ser un poco dura. Además es tan bueno, tan bondadoso... y no es que sea tonto, no, no, pero sí que le faltan algunas luces, mi pobre niño. Siempre he sabido que era muy sentido, que su almita estaba sedienta de belleza, y ahora sólo vive para ella, para Claudia. A su padre no le gusta, pero mi niño sólo sabe mirar con el corazón y estoy convencida que, con él, es un superdotado.
martes, 21 de abril de 2009
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Hola, he estado leyendo un rato y decirte que me ha gustado. He llegado hasta tu blog, buscando relatos que participaran en el concurso de la Ser.
ResponderEliminarTe animo a que continues participando.
Un saludo
Me quedo con una hermosa frase de tu cuento....pero mi niño solo sabe mirar con el corazon....
ResponderEliminarQue importante es poder distirguir a alguien que solo sabe mirar ocn el corazon... un poco confuso pero hermoso relato yo te dejo una frase....y mi mirada puede ver por la rejilla de tus ojos para espiar tu corazon que se quedo con un pedazo de mi vida.....
abrazos...y los mejores recuerdos y bue quien sabra lo que saldra....
-adadebruja
ResponderEliminarMuchas gracias por tus ánimos, y por tu visita. Aunque nunca me hayan seleccionado espero no perder el ánimo y seguir.
Un abrazo
-Gabi
ResponderEliminarPues sí, y ojalá siempre pudiéramos mirar con el corazón o poder mirarnos el corazón...
Yo también me quedo con tu frase, no sé por qué, pero me reconforta leer algo así.
abrazos muy muy grandes. Me encanta verte tan a menudo por aquí.