jueves, 28 de enero de 2010

El paraíso

Aquí vinimos a descansar, mi mujer y yo estábamos cansados de la vida que llevábamos, trabajar 14 horas diarias y no vernos más que para cenar; no tiene sentido, lo que queremos es esto. Sin obsesiones por planes futuros, por proyectos vacuos. Sin corazones acelerados ni pupilas que se dilatan. Esto es lo mejor para nosotros. Ahora estás enfadada, dices que he perdido la cabeza, que hacer naufragar nuestro yate en este islote perdido es una locura. Pero es lo que necesitaba. Y tú también. Y tarde o temprano lo entenderás. Además, no he olvidado nuestros discos favoritos, los de Bob Dylan.

jueves, 14 de enero de 2010

mi abuelo

Tenga usted un buen día, señor, ¿no tendría una moneda? No se asuste, sólo necesito un pequeño apoyo, se lo juro. Déjeme contarle, mi abuelo era un poco mago, disfrutaba sorprendiéndonos con sus trucos. Su secreto, decía, era un cubo mágico que robó en su viaje a Europa con la Gran Guerra. Un simple dado de plástico. Mi abuelo murió, los años pasaron y mi vida naufragó, drogas y malas compañías ¿sabe usted? Si mi destino tuviera un portador, sin duda llevaría traje de cartero. Como el que me notificó el señalamiento para mi juicio más grave y, tiempo después, ayer mismo, me notificó la sentencia. En el sobre, junto a la absolución encontré el cubo de mi abuelo. La esperanza tiene muchas caras y ¿sabe usted? La mía tiene 6… Gracias por la moneda señor, muchas gracias. Que Dios le bendiga.