viernes, 8 de octubre de 2010

El Sr. Coolie

Al Sr. Coolie le entusiasmaba el cine. Sencillamente, se dio pronto cuenta de que percibía todo lo que acontecía fuera del cine como unos ensayos generales de lo que luego vivía dentro. Él recopilaba la información y en la sala se orquestaba con total precisión lo almacenado en toda su plenitud. Allí era el hombre, el soldado y el poeta que en su vida real no podía completar.
En su 54 cumpleaños sufrió la mayor decepción de su vida. En la puerta del cine, un nefasto y somero cartel anunciaba su cierre. Aturdido, entró en el primer café que vio, pidió un tazón de leche y se sentó.
-Pero, ¿por qué habrán cerrado el cine?
No fue él quien habló. A su lado, ante un tazón de leche casi vacío, una señora de mediana edad con unos ojos llorosos, grandes y azules, abría y cerraba la boca.
El Sr. Coolie miró al frente y fue en ese momento espectador de excepción del más perfecto y hermoso travelling del que había sido testigo nunca. Con una sonrisa triste pero pícara, el hombre, el soldado y el poeta dijo:
-¿Estás hablando conmigo?


Publicado en el libro El beso. Ed. Cardeñoso

2 comentarios:

  1. existen en el mundo refutadores de leyenda, que lo unico que hacen es andar por la vida apagando sueños y tambien existen otros seres tan hermosos como misteriosos, que son los encargados de que todos puedan vivir sus vidas segun sus sueños y su modo de verla, sin perder la inocencia y sin saber como gira el mundo.....

    me has hecho llorar.....


    gracias

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  2. Tu comentario es casi un poema, amigo mío, me has abrumado. Brindo por esos seres hermosos y misteriosos y brindo por seguir queriéndote toda la vida.
    Un abrazo enorme.

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