viernes, 27 de noviembre de 2009

colgado de ti

Ni subido a una escalera conseguiría besarte, si lo intentara, tus guardaespaldas saltarían sobre mi y me harían pedacitos, sin contar que la policía se presentaría en cuestión de minutos y me arrastrarían al calabozo sin demasiadas contemplaciones. Imagínate, lo que diría mi esposa, le faltaría tiempo para atender a los periodistas con su estudiada expresión abrumada por mi salud mental. Mi hija no, ella me entendería, es como yo, una soñadora. De todas formas, eso no pasará, no necesito besarte ni tocarte, me conformo con lo que tengo. Mirarte todos los días. Rendido ante tu belleza. Que el vigilante del museo me mire mal es el menor de mis problemas.

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