lunes, 16 de febrero de 2009

errantes


Llevabas muerta cinco días cuando me encontraste, lo mío era diferente, ya habían pasado 300 años desde que fallecí. Había conocido a muchas como ella, tan confundidas y asustadas ante su propia muerte y su nuevo estado errante. Aunque sobre todo estabas llena de compasión, compasión por tus seres queridos ante la tristeza de haberte perdido tan prematuramente. Tenía muchas respuestas a tus preguntas, pero otras sólo las podía intuir. Por ejemplo, ahora ya te has ido y sigo sin saber en base a qué justicia unos teneis permiso para iros y otros continuamos aquí, errantes. Quizá tenga algo que ver con la compasión.

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